Contando las horas, primero para pillar vacaciones, mañana el ultimo madrugon... y despues para desaparecer por las tierras de los faraones:
El atardecer se ofrecía espléndido, se sentó sobre unas piedras a contemplarlo. Desde allí, majestuoso, el Nilo fluía incontenible arrancándole a la tarde su luz más íntima que, en forma de destellos, se reflejaba en sus aguas en una variedad de colores sin fin, dando vida a un valle que parecía ser eterno.Antonio Cabanas (El ladrón de tumbas)
martes, 8 de septiembre de 2009
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Me muerdo de envidiaaaaaaaa!!
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